Limpiando la memoria del telefono móvil de la basurilla que suelo acumular, he encontrado estas imágenes de Oporto que no puedo evitar compartir, con una gran sonrisa en la cara :) Son, además, tres imágenes recurrentes de mi estancia allí.
Como vivíamos en el casco antiguo de la ciudad, la Iglesia de San Ildefonso es la que más cerca me quedaba de casa. Pasé por delante un millón de veces y me encantaba, creo que es de las más conocidas (con razón). Visité otras tantas, todas increíbles. Incluso la estación de tren está recubierta de estas losas azules llenas de historia y que se caen a trozos. Sin embargo, el edificio que ha permanecido con más fijeza en mi retina es éste: la Capilla de las Almas, en la Rua de Santa Catarina.
Capilla de las Almas, Oporto |
Está en una de las calles con más afluencia de Porto, y es de las primeras cosas que vi nada más salir del metro que te lleva desde el aeropuerto a la ciudad. Me enamoré.
La Loja das Sopas, mmmm ¡¡madre mía que delicia!! Mientras mi enamorado trabajaba a destajo, yo paseaba por la ciudad. Uno de mis sitios favoritos para comer era éste. Si sois soperos, no lo dudéis.
Es una especie de McDonalds de las sopas (con más clase, pero por hacer una analogía; es una cadena): entras y pides la que quieras. Tienen unos enormes tanques con las sopas de ese día, y eliges el tamaño del plato. Eso sí, a tener en cuenta que las sopas portuguesas son muchísimo más densas que las españolas.
Esta es la vista de las casas justo en frente de la Universidad de Ciencias, en la Rua Campo Alegre. No tenía nada de particular, simplemente esta ciudad me hacía feliz :)
¡Qué ganas de volver! Mi ventrículo portugués late con fuerza ahora mismo :)
¡Buenas noches!