miércoles, 27 de noviembre de 2019

Dos años de grandes éxitos y fracasos en productos cruelty free (Desodorantes)

Vale, me he saltado el orden que yo misma me propuse para estas entradas.

Pero me apetecía hablar de desodorantes.

Cada cuerpo es un mundo, y a veces lo que a unas personas les funciona muy bien, a otras no sirve de nada. Esto es aplicable a todo, pero el tema de los desodorantes es algo particularmente sangrante para mí, ya que es imposible testearlos hasta que lo compras... y te puedes llevar un disgusto muy grande.

Ha sido un largo, caro y arduo camino hasta encontrar mi pareja ideal. Los desodorantes naturales no son precisamente baratos, y por más que digan, la mayoría tampoco son precisamente eficaces. Yo, que toda la vida había usado desodorante Nivea y acostumbraba a oler bien, probaba y probaba, pero no estaba dispuesta a pasar por el aro si eso implicaba terminar el día apestando a perro muerto. 

Así que deseo compartir mi mejor hallazgo: Deo cream de la marca alemana i+m.

I+M Deo cream sensitiv sin perfume
Contiene ingredientes provenientes del comercio justo, y es orgánico y vegano. Por supuesto, no está testado en animales. El tarro es de cristal con tapa de aluminio, por lo que no tiraremos nada de plástico al planeta cuando lo acabemos. Lo encontraréis en varios aromas, todos suaves y agradables, aunque el que más me gusta es el que no tiene perfume. También tienen una filosofía de empresa muy interesante y particular, si tenéis curiosidad.

Aquí lo veis en su estado de "verano": con el calor se separan un poco los ingredientes, pero solo hay que mezclar de nuevo y listo. En invierno se convierte en una crema más espesa, pero aún así muy suave y fácil de extender. Con un guisante pequeño para cada axila es más que suficiente, así que aunque el tarro es pequeño (30ml), cunde un montón.

 

Se absorbe totalmente en el momento de extenderlo y no deja rastro, ni mancha la ropa. Y lo mejor es que funciona. ¡¡¡FUNCIONA!!! Me refiero al verano de 40 y tantos grados de Zaragoza. Cuando el sudor me chorrea por los brazos, de las axilas hacia los codos. Bien, pues puedo pasar así el día y deshidratarme del todo, que llegado el final de la jornada... ¡¡¡¡NO HUELO A NADA!!!! Ni mi ropa tampoco.

Voy por el segundo tarro y estoy tan entusiasmada que necesitaba compartirlo :)

Buenas nochessssssss

viernes, 9 de agosto de 2019

Dos años de grandes éxitos y fracasos en productos cruelty-free (Triunfos, parte I)

Una entrada al año no hace daño ;) Jajaja!

Ya estoy de vuelta de Islandia. Estos dos años me han servido para terminar practicamente todos los productos que tenía y empezar a reponerlo todo por productos cruelty free y más respetuosos con el medio ambiente, como mínimo sin siliconas, que son muy contaminantes y no se degradan, y sin disruptores hormonales. Precisamente esta primera entrada no hace gala de ello, porque hay envases de plástico por todos lados. Horrorrrrr. Pero en las próximas veréis muchas más cositas con envases biodegradables y otras alternativas.


Como entre los productos probados y abandonados y los definitivamente adoptados son un montón de cosas, planeo hacer varias entradas al respecto con algo de orden. Así que en esta entrada encontraréis productos que utilizo por mañana, haré otra entrada con los que utilizo por la noche, una más con productos de higiene personal y cuidado corporal, y por último un post con los que me han parecido de buena calidad pero por algún motivo no me fueron bien y, o bien abandoné, o bien ya acabé y no repetiré. Debería incluir también una entrada con productos del hogar, pero con lo que escribo últimamente, ya veremos...

¡Al tajo! :D

AM - productos:

Suelo empezar el día lavandome la cara... como todo el mundo. He usado durante muuuucho tiempo el Miracle Rose Cleansing Stick de su:m37, que me encanta y es muy fácil de usar, para gente que "se levanta cansada" como yo: una pasada por la frente, una en cada mejilla, y ya solo añade agua y a lavar. Hace una espuma fina (así llamo yo a las espumas sin burbujas) y deja la piel limpia pero nada tirante. PH 5.5. 

Imagen de archivo porque a mi envase se le han borrado hasta las letras :)
Por desgracia (eterna maldición) lo han descontinuado, o he sido incapaz de encontrarlo a la venta en el último año y medio, así que he empezado a buscar un sustituto decente porque estoy a punto de acabarlo. Estoy pensando en sustituirlo por el Neogen de té verde, por lo práctico que me resulta este formato de stick, pero por ahora estoy alternando con el All Clean Green Foam de Heimish.

 






Como veis, es un gel de color lechoso, y con la cantidad equivalente a poco más que una lenteja es suficiente para toda la cara. Hace una "espuma fina" muy agradable y no reseca. El PH es de 5.5. Cuesta alrededor de 10 o 12 euros por 150ml, que va a durar siglos.

Si tenéis problemas de intolerancias, rojeces, alergias, acné, sequedad, etc... merece la pena darle una oportunidad. No altera el PH, limpia sin deshidratar, es súper suave, no tiene aroma...  Los ingredientes podéis revisarlos en la web de Skincarisma.

Antes de continuar, aviso para navegantes: No soy de esas personas que se ponen el despertador con tiempo suficiente para relajarse con el desayuno y hacer el saludo al sol jaja, así que necesito productos que me dejen continuar el siguiente paso sin esperas (que se absorban rápido, vamos).

Así que después de limpiar, el siguiente paso es... ¡¡la crema hidrantante!! ¡Oh, la crema hidratante! ¿Cuántas cremas habré probado en mi vida? ¿Cientos? Miles, probablemente.

Pues sorpresa, compré esta crema en Primor por probar y estoy encantanda. Incluso creo que repetiré!!!, que yo diga esto acerca de una crema es como para no dar crédito a los oídos. Es la crema antiarrugas de Detox Skinfood, una marca bastante nueva, cruelty free y vegana. Como podéis apreciar en las fotos, es una crema con una consistencia algo densa, que a mi que tengo la piel seca y deshidratada no me molesta para nada.


Pese a lo cremosa que se ve, se absorbe en seguida (de hecho no sé si se va a quedar un poco corta para el invierno, ya veremos cuando toque), y no deja brillos. Tiene una lista de ingredientes que favorecen a la piel seca, y como colofón el envase es de vidrio, que en mi escala hace ganar muchos puntos.

El último paso desde que utilizo productos con retinol es el protector solar. El retinol hace que nuestra piel se renueve a más velocidad, revelando las capas de piel nueva, más fina y luminosa. Por esta misma razón, está más expuesta a las agresiones y pueden aparecernos manchas por el sol. Un protector solar diario es obligatorio, sobre todo ahora en verano. De todos los que he probado, mis ganadores son los siguientes:

Mineral Face Matte Untinted Moisturizer SPF 30 - Cucumber, de Coola face. Tambien he utilizado la versión con color del mismo. Más que una crema diría que es una mousse cremosa y densa. Me gusta mucho la sensación que deja en la piel, mate a la vista, pero no seca. La versión sin color deja un poco de rostro de geisha, que se normaliza medianamente a los minutos de la aplicación. En mí que soy bastante blanca (NC20 de MAC aprox.) no es nada alarmante, pero aun así se nota un poco, y sobre todo antención en las fotos con flash porque ahí sí que se nota mucho.

Coola también es vegana, además de no testada en animales, y sus ingredientes son seguros para las barreras de coral y la vida marina. Es resistente al agua y al sudor 40min, por lo que es adecuado para deportes y uso en la playa.


La gran y mayor pega que le saco es que no es nada económico (alrededor de 30 eurazos ni más ni menos). Si no fuera por ello, me habría quedado con él y no hubiera probado más, ya cumple todos los requisitos que le pido a un protector solar. Además, los protectores solares me resultan de los productos más engorrosos y aburridos de investigar. Pero 30 euros por 50ml son empuje suficiente para ir picando otros más baratos a la búsqueda de un sustituto, aunque lo he recomprado ya muchas veces a lo largo de los últimos años.

Por suerte, tras grandes fracasos, he topado con el Soo Boo Ji Sun Cotton SPF 50+ PA+++ de A´pieu, que estoy utilizando muy contenta a diario (voy por el segundo bote) antes de salir de casa, después de la hidratante.

Compré un pack de dos, dándole un voto de confianza sin investigar apenas, por aquello de ser coreano y porque no encontraba la marca en ninguna lista, ni para bien ni para mal. Pensé que era porque es una marca reciente y no muy conocida, pero tirando del hilo he descubierto que pertenece a A´pieu, y que ésta es a su vez parte de la compañia Missha... que no estoy segura de que sea 100% cruelty free. Tengo que investigar cuando se me acabe este segundo bote antes de repetir. China exigía por ley hasta marzo de 2019 que los productos cosméticos fueran testados en animales antes de salir a su mercado, y Missha vende en China. Sé que muchas marcas coreanas utilizan las tiendas en Hong Kong como trampolín, y sólo venden a China online para esquivar estos requerimientos, pero si vais a lo seguro conviene investigar un poco al respecto antes de decidiros. Actualizaré en cuanto haga la pertinente indagación :), si tenéis información al respecto por favor dejádmelo en los comentarios! Me gustaría mucho poder seguir usándolo la verdad.

 

Al aplicarlo deja un tono sólo ligeramente más blanco que el propio, pero desaparece en cuestión de un par de segundos. Se absorbe genial, y aunque las dos primeras veces me dio la impresión de que  me iba a resecar un poco con el uso contínuo, no ha sido asi. Con viento y frío, todo cambia, cuando llegue el invierno veremos, pero de momento ha pasado la prueba con nota. No me deja sensación pegajosa ni brillos, y como decía, si es cruelty free, repetiré.

Hago mención especial al Hanyul White Chrysanthemum Matte Sunscreen stick que llevo en el bolso siempre, aunque no lo uso dirariamente, si no los días que estoy muchas horas fuera con un sol de justicia o cuando me derrito literalmente por el calor y tengo claro que no queda ya nada del protector que me apliqué en casa. Lo que viene siendo de emergencia, vamos. Es diminuto (17gr), con lo que cabe en cualquier bolso, es facilísimo de aplicar, tiene un acabado mate, y no deja ningún rastro o tono blanco en el rostro, por lo que ni siquiera es necesario un espejo para aplicarlo.

 

Es tan invisible al tacto y a la vista, que hay que aplicarlo con un poco de atención porque no hay forma de comprobar si te lo has dado por todo o te has saltado trozos de piel. Si os ponéis BB cream o base quizás no es la mejor opción, ya que probablemente arrastre todo consigo, pero para salir a cara lavada es rápido y de buen acabado, y para emergencias desde luego muy práctico y cómodo. Hanyul (aunque dejo la investigación a fondo en vuestras manos porque es algo difícil de rastrear y no lo digo al 100% seguro), creo que no incluye en sus productos derivados animales, por lo que también sería "vegan-friendly" :) 


Y hasta aquí el primer bloque de triunfos! A ver si lo cojo con ganas y publico la próxima entrada en breves.

Un saludo!

miércoles, 16 de mayo de 2018

Por un mundo más limpio y sin tortura animal

Hace un tiempo que voy utilizando cada vez más productos cruelty-free, es decir, no testados en animales, y me gustaría compartir con vosotros los que sigo y pienso seguir reponiendo. La mayoría, también son veganos (no contienen productos de procedencia animal). Y ya si puedo elegir que sean reciclados, biodegradables o inocuos para el medio ambiente, mejor que mejor.

Hay muchas alternativas, solo hay que preocuparse en mirar un momentito. Hoy en día tenemos al alcance de nuestras teclas toda la información que deseemos. Para los extremadamente perezosos, aquí van un par de webs en las encontraréis un listado muy completo de marcas que no experimentan con animales (y se actualiza con regularidad): 

http://features.peta.org/cruelty-free-company-search/index.aspx

https://logicalharmony.net/cruelty-free-vegan-brand-list/

No sugiero para nada que haya que tirar todo lo que tenemos en casa, eso es un desperdicio y contaminación gratuita; la cosa es ir reponiendo lo que se nos va acabando por productos más respetuosos con el medio ambiente y más justos con nuestros compañeros de planeta, que al fin y al cabo no han elegido convivir con nosotros. Porque seamos claros, es inhumano torturar conejos para que nosotros nos divirtamos poniéndonos una sombra de ojos. Es absolutamente innecesario. No entro en el terreno de la experimentación médica, eso ya son arenas movedizas. Pero hablando de cosmética y maquillaje, no retrocedo ni un milímetro.

Así que, ¡allá van mis favoritos! Poneros cómodos porque este post va a ser largo de narices.

Para el pelo: A´kin champú de Aminoácidos de arroz y proteína de trigo (comprado en Lookfantastic). Es para pelo seco, pero hay varias opciones según sea el vuestro. Estoy muy contenta con él. Cogí también el champú en seco para esos días que aún no hay que lavar pero ya no está del todo limpio. Para estados de necesidad, me hago una mascarilla de aceite de coco y huevo/limón/aceite de oliva o DIY similar. Suavizante, tengo uno en la recámara de Lavera pero aún no lo he probado (estoy terminando el que ya tenía).


 

No es nada barato (el champú), pero no me lavo el pelo todos los días, así que me dura bastante y no me ha hecho duelo. Aunque hay marcas mucho mas económicas (cotillead en la web Ecco Verde), o si no queréis arriesgaros online, podéis probar alguna que tengáis más a mano: Lush hace champús y suavizantes muy interesantes (sólidos, en pastilla, con lo que le ahorramos la botella de plástico al medio ambiente y duran mucho más), y The Body Shop o Yves Rocher está prácticamente en todas las ciudades (aunque Yves Rocher no es completamente cruelty-free ya que ahora vende en China, y China testa todo lo que entra en su mercado con animales...).

En gel de ducha, ahora comparto y no puedo elegir, pero en cuando vuelva a correr de mi cuenta tengo decidido comprar pastilla de jabón, para evitar algún envase. Lo mismo para la lavadora y el lavavajillas: ya lo he hecho anteriormente y volveré a usar jabón fabricado en casa con aceite reciclado. Es un poco duro para la piel (o al menos a mí me reseca, quizás no soy muy buena fabricando jabones), pero para la ropa y los platos funciona fenomenal. Solo hay que hacerlo virutillas (con un rallador como los de queso) antes de ponerlo en la máquina. Así se matan dos pájaros de un tiro: evitar la contaminación de los detergentes industriales y también la del aceite de cocina. Además de envases varios, y el ahorro de no tener que comprar ninguno de esos productos. Un litro de aceite contamina mil litros de agua, y si investigáis un poco acerca de los detergentes convencionales os horrorizaréis al descubrir lo contaminantes que son también.


Para el rostro: loción hidratante y crema para el contorno de los ojos de Whamisa. Llevo varios años con esta marca y creo que he utilizado ya todas las hidratantes que tienen. Me gustan todas, pero en este tema soy de probar cositas nuevas (sin embargo, una vez que sé de un champú o un desodorante que me va bien, me cuesta horrores cambiar, y cuando dejan de fabricarlos clamo al cielo). Esta me gusta porque vienen 120ml por el mismo precio, en loción en lugar de en crema. No creo que repita con la de ojos, no porque no me guste, si no porque fue un capricho y no me parece necesaria.





Cuando la cosa alcanza niveles desérticos, ya que además de muy dura, tengo la cara muy seca, recurro al tónico hidratante de Klairs (ya es la tercera botella que gasto) antes de aplicarme la crema, o al aceite de argán de la marca Pranarom antes de irme a dormir (tienen un montón tipos de aceites, y los encontraréis en muchísimas farmacias y parafarmacias). Para limpiar el maquillaje, tengo el bálsamo de Heimish (este es el tercer bote también, me parece), que retira el maquillaje muy bien, y emulsiona con agua.

Salvo el aceite de argán (comprado en la farmacia), el resto lo he comprado en Ebay.




Maquillaje: Como ya he dicho, creo que esta es la tortura más gratuita e innecesaria que se le puede hacer a un animal. Hay muchísimas marcas que no testan en animales, tantas, que no hay absolutamente ninguna excusa. Las hay para todos, todos, todos los bolsillos: tan económicas como Kiko, Milani, Jordana, NYX, ELF, Colourpop, Makeup Geek o Wet n Wild, otras de gama media como Nabla, Zoeva, Ofra o Green People, y las hay también de lujo como Tarte, Charlotte Tilbury, Marc Jacobs o Kat von D. Algunas como Nabla o Inglot, entre otras, fabrican paletas magnéticas customizables, con lo que por un lado podemos personalizarlas a nuestro gusto y además, una vez terminado el producto, la idea es reaprovechar la caja con el mismo u otro producto que compramos sin envase (y eso menos que se desperdicia/contamina). 

Todas las que os he mencionado podéis encontrarlas, si no en tiendas físicas como Primor, en tiendas online muy fiables como Maquillalia, Lookfantastic, Beautybay o Asos




En brochas, Ecotools, Real Techniques, Sigma o Zoeva son todas marcas cruelty free, con un amplio abanico de precios y calidades.




Otros:

Pasta de dientes, gel de afeitar: los dos de Dr. Bronner. Esta marca tiene también jabones líquidos y en pastilla, productos para el cabello, limpieza del hogar y más, y son todos orgánicos, no testados en animales y biodegradables. Yo los compro en una tienda física aquí en Reykjavik, y una vez terminado el bote puedo acudir a rellenarlo, con un 20% de descuento respecto al precio inicial. Se puede comprar también por internet, tanto en Amazon como en tiendas como Ecco Verde y Vita33. El gel de afeitado no os sé decir que tal, pero preguntaré a Mr. Beast si os interesa. La pasta de dientes trae 140ml, el doble de cantidad que las habituales del súper. Me gusta mucho y la volveré a comprar.




Crema de manos y cacao: De Lavera, esta es la única marca, junto con Santé, que encuentro en alguna tienda de aquí. Me están gustando mucho, la crema de manos se absorbe en seguida y el cacao no es nada pegajoso y sí muy nutritivo.



En asunto desodorante aún tengo por gastar dos botes de los habituales, pero en Lookfantastic ya he visto varias opciones interesantes para probar cuando los termine.

Así que por favor, cuando necesitéis reponer algún producto, antes de volver a comprar, mirad qué opciones ofrecen las marcas listadas. Como veis, hay muchísimas, seguro que encontráis algo que encaja a la perfección con lo que buscáis. 

Entiendo que algunas cosas no son tan baratas como las del supermercado, pero  no estoy diciendo que tengamos que volvernos unos radicales, cada uno puede aportar su granito de arena en la medida de sus posibilidades. Quizás no tengamos el presupuesto para las cosas más caras, pero solo hay que mirar un poco: muchas nos van a costar lo mismo o incluso menos que las que veníamos utilizando. Otras directamente nos pueden suponer un ahorro, como hacer nuestro propio jabón en casa con aceite reciclado, usar pastillas en lugar de jabón de manos/ducha líquido (que nos durará más y evitará plástico contaminante al planeta), o, si es que aún no lo hemos hecho (si es el caso, reciban aquí improperios al más puro estilo capitán Haddock), acostumbrarnos a llevar una bolsa reutilizable con nosotros, en lugar de ahogar los ecosistemas con bolsas y bolsas y más bolsas de plástico.




Está en nuestra mano elegir qué y a quién financiamos. Y es nuestra responsabilidad proteger el planeta y los animales de este terrible cáncer en que se ha convertido la humanidad.


Asumámosla.

jueves, 21 de diciembre de 2017

Viviendo en Islandia

Nunca imaginé que un día me encontraría escribiendo desde estas latitudes, pero la vida está formada por calles y callejones, y algunas veces, espontáneamente, escogemos caminos que no planeamos de antemano.

Así que en verano, de vacaciones en Cádiz con mi familia, aburrida de mi trabajo y del abuso que las empresas se empeñan en hacer de mi (el peor contrato que pueda hacerte, los peores horarios que pueda darte, la mayor precariedad posible, y además dame las gracias), y desilusionada por la lentitud con la que progresaba el ahorro para mi plan a medio plazo (Seychelles,¡¡ahora sí que voy de camino!!), en un arranque de impulsividad meditada decidí que me mudaba. De trabajo, de casa y de país.

Y aquí estoy ya, desde Septiembre. Mi estrellita no ha dejado de brillar, así que tras muchos curriculums, mucho patear calle y un poco de nervios, a las dos semanas de llegar ya tenía trabajo, un puesto de más responsabilidad del que tenía en España, y desde luego más posibilidades de futuro.

Lástima que esto sea solo temporal. Pero el plan debe continuar...

Amanece en Reykjavik, desde mi trabajo (11 am)

Las posibilidades de ahorrar, aquí son reales, aunque con las coronas y todos los comercios enfocados principalmente a turistas, se pierde un poco la perspectiva. Los precios han ido subiendo a la vez que el número de visitantes. Si no estuviera viviendo aquí, yo, viajera de mochila y albergue, de gastar en comida más que en alojamiento y en museos más que en cervezas, no creo que nunca hubiera desembolsado el importe que piden para unas vacaciones en este país. Los precios para los turistas son ridículamente caros. De pronto todo me parece barato en euros :) Así que me alegro mucho de tener este año "pagado" para descubrir los paisajes lunares increíbles, los lagos glaciares, los géiseres y la naturaleza en general, muy distinta a la que estamos acostumbrados en el continente.

El jardín de casa

El frío es mucho más llevable de lo que pensaba. Creo que todavía no puedo decirlo con la boca grande, ya que igual que en mi ciudad natal, el invierno de verdad llega en enero y febrero. De momento sí, ha hecho frío.... pero para estar en el polo casi, me esperaba pasarlo mal. No ha sido el caso. Las casas además son muy calentitas (voy en manga corta, YO, en INVIERNO, en ISLANDIA XD) y la calefacción muy barata debido a la energía geotermal que se utiliza.

Se acercan las Navidades

Con el idioma, por ahora, pese a no hablar islandés no he tenido ningún impedimento. Todo el mundo sabe inglés. Aunque a veces me siento un poco culpable cuando algún nacional me habla y tengo que decirle que (vivo y cobro en su país pero) no hablo el idioma. El islandés es mucho mas difícil de lo que pensaba, y además sigo priorizando mejorar el francés, así que voy poco a poco y palabra a palabra.

Es curioso que aunque vine sabiendo que esto era para un año, tengo la sensación de que me dará pena marcharme. Quizás vuelva.

En unos meses hablamos...

viernes, 8 de abril de 2016

Korean Haul

Muahahahaha (risa malvada)... que ganas tenía de escribir eso de "korean haul" como las K-beauty bloggers jajajaj!



Hacía tiempo que  tenía pendiente esta entrada con mis potingues... Lo malo que tiene comprar por internet es que te arriesgas a no acertar con lo que compras. Por eso, leo bastantes reviews antes de decidirme. Ahora mismo, este es mi arsenal, y allá van mis impresiones:

Limpieza y desmaquillante:

Ahora mismo tengo de varios tipos:

- Agua micelar: fresh apple mint, de Beyond... Costó cara (unos 17 euros) y no repetiré. No está mal pero no repetiré por: primero y principalmente, que soy más partidaria de lavarme la cara con algo que de pasarme algodones frotando, y segundo, me deja algo de residuo en la piel, una sensación pegajosa con un sabor "cítrico" que no me acaba de gustar. Pica un poco en los ojos.



- Limpiador en espuma: The Face Shop 365, en la versión Aloe. Horror. Lo estoy usando para limpiarme las manos. Elegí este en particular porque se indicaba para piel seca, y tenía buenas reviews. Además no valía ni 6 euros. El resultado: es como lavarse con jabón duro. Quizás las personas con piel grasa la sientan super limpia y agradable ("squeaky clean"). Con muy poquito hace suficiente espuma para toda la cara, y huele muy agradable. Eso sí, cuidado con los ojos, ¡¡escuece!!



Nota para pieles acneicas: esta espuma tiene un pH altamente alcalino. Recomendaría probarlo pese a todo por su precio... si va bien genial , y si no, pues no se ha perdido tanto XD

- Aceite desmaquillante: Uso el de arroz de The Face Shop, primero compré la versión Rich y ya llevo 5 botes o así de la versión Light. Me limpio con él todo, incluido maquillaje de ojos. Luego solo hay que enjuagarlo con agua tibia. Compré el limpiador de espuma pensando que luego de este aceite se me quedaría una película que querría retirar, pero ¡¡que va!! La piel se queda limpia, no hace falta usar ningún otro limpiador después si no se quiere.



- su:m:37 miracle rose stick: Va genial, tiene el PH correcto y limpia sin resercar. Lo uso para lavarme la cara por las mañanas que me siento grasienta o por la noche los días que no me maquillo, tres pasadas (una en cada mejilla y una en la frente, un poco de agua), enjuagar y a correr.






**Tened en cuenta que no me doy base de maquillaje, ni corrector, por lo que retirar el maquillaje al final del día no supone un gran reto. Uso sólo protector solar, máscara de pestañas y algo de colorete. 

Crema hidratante:

Uf, crema hidratante. Años, llevo con este tema. Hace mucho que utilizo Clarins Hydraquench a temporadas, me va muy bien pero cada vez que se me acaba, intento buscarle una sustituta... y normalmente acabo enfadada porque me gasto más dinero y al final vuelvo a comprarla porque la sustituta resulta un fracaso.

He tenido tres adquisiciones en los últimos meses, entre otras muchas y muchas... pero si hago review de todas os morís del aburrimiento. 

- Beauty of Joseon: la compré por buenas reviews... Me salió gratis porque el bote se desprecintó en el transporte y el vendedor me devolvió el dinero. Si tienes la piel mixta es buena. Para piel seca, un poco justita. Es crema es hidrantante, acuosa al contacto, Se extiende muy bien, y tienen un aroma suave agradable. Ya no tengo el bote por lo que robo una foto de internet...



- Mizon Ultra suboon cream: en textura es similar a Beauty of Joseon, quizás un poco menos "mocosa". Tampoco llega a hidratarme todo lo que necesito, pero vale unos 4 euros, es muy práctica para llevar de viaje por el formato, y por ese precio me va genial para llevarla en el bolso o dejarla en el trabajo. Ya la había comprado antes, no es nueva en mi arsenal, y seguro que repito.


- Whamisa organic flowers (versión nourishing): Estuve dudando entre coger la Water cream o esta; al final me decidí por ésta, pero ya he probado las dos :). Ambas tienen un olor particular como a flores que no es desagradable, pero sí algo intenso. Las dos se absorben bien tras un masaje (al principio dejan una película mantequillosa y hay que insistir hasta que se absorben, pero no es molesto) e hidratan. No es que sea muy barata, pero sí más que la de Clarins :) Ahora han cambiado los formatos y en lugar de en tarro como veis en la foto vienen en tubo como la anterior, que es mucho más higiénico y práctico.

                                




Mascarillas:

Aquí la verdad es que como salvo hidratar, no tengo necesidades particulares (o no soy muy tiquismiquis), voy pidiendo "random bunch" por probar:

- Sheet masks: de Innsfree (it´s real squeeze), tenía alguna más pero las he ido gastando. Ya he pedido muchas veces, son un básico de mi arsenal, son baratas (las compro en eBay) y me hacen el papel. Me van bien para ir hidratando la piel, ahora en invierno con la calefacción de aire en el trabajo buuufffff necesito ayuda. Las que más me gustan son la de arroz y la de fresa, creo, aunque las de kiwi y lima también... depende un poco del día.



- Mascarillas limpiadoras/exfoliantes: 

Han caído dos: La Rice Mask de Skinfood, y la Carbonated bubble clay mask de Elizavecca, las dos para limpiar poros y exfoliar. No las utilizo a menudo, es más por diversión. No tengo poros dilatados ni espinillas, las uso por limpiar a fondo de vez en cuando, pero mi problema es de sequedad.

La rice mask va bien, aunque me resulta un poco rollo tener que estar frotando 10 o 15 minutos. No soy partidaria de la exfoliación física, pero esta es suave. Deja la piel hidratada y limpia.



La Elizavecca es graciosa, es una especie de petróleo pegajoso que a los pocos minutos de ponértela se hincha y se convierte en una espuma burbujeante por toda la cara. Como tener barba por doquier. Hace cosquillas y hay que aguantarse para no rascarse. Deja la piel limpia pero un poco seca.




Y ya sólo porque me parecía muy práctico, compré estos parches: Acne pimple master patch, de COSRX. La verdad es que yo tengo UN grano más o menos UNA vez al año... si llega. Pero la poca costumbre de tenerlos hace que cuando me sale, me lo toque mucho. 



Los parches asoman por la parte de arriba del sobre. No vienen muchos, si sois de tendencia acneica, pero son de distintos tamaños. Te pones uno sobre el grano y lo dejas ahí unas horas, por ejemplo mientras duermes. El parche pasa de transparente a blanco conforme absorbe toda la porquería. Estos parches han sido probados en distintos granos, el mejor uno rojo y profundo de un veinteañero con acné XD. El parche se puso blanco, y "obligó" al grano, rojo y profundo, a "sacar la cabeza" blanca. Creo que si hubiéramos puesto otro tras este primero, hubiera curado mucho mejor, pero ya no hubo tiempo.

En resumen, todo lo que tengo me funciona bien (antes acertaba menos con las compras) y lo uso todo.

Lo cierto es que este post necesitaría una renovación pero ahora me da pereza ponerme a escribir de estas cosas...

domingo, 8 de febrero de 2015

Serra Negra

Esta noche recorro de nuevo el camino de los sueños. 

La senda, casi fantasma, emerge centímetro a centímetro ante mí, como si cada uno de mis pasos forzase su expulsión desde el mundo de la imaginación al de la realidad. Resplandece, en la espesa oscura nada que me rodea: piedra negra contra arena blanca, piedra blanca contra arena negra. Su fulgor sobrenatural me guía en un mundo ciego, denso, sin luna ni estrellas. Lo sigo a tientas, ensordecida por el estruendo de las olas que rompen a mi derecha, con la cara azotada por el viento con sabor a mar. 

Intuyo la pared que se alza a mi izquierda, camuflada de noche pura. La recuerdo de otra vida, de la que es real. Sé que se funde con el cielo, más allá de donde mi vista alcanzaría, si pudiera ver: es el cortado de la sierra que da nombre a este mundo quimérico por el que me deslizo, pasando inadvertida. 

Piedra negra contra arena blanca, piedra blanca contra arena negra. Refulgiendo en la oscuridad, se deja ver el sendero que sólo existe en noches como ésta. Y mis pasos lo siguen.

Esta noche recorrí de nuevo el camino de los sueños. 

Porque si existe uno, es este.




lunes, 21 de octubre de 2013

Cabo Verde

Voy dándome cuenta de que cuando regreso de países en los que he vivido experiencias que me han marcado necesito un tiempo de "reposo" para poder escribir acerca de ello. Y de que mientras estoy viviendo algo intensamente, apenas dedico tiempo a escribir. En este caso no ha sido así, porque he escrito bastante... en papel. Las horas infinitas de patrulla en playas desiertas, los días aislada en un campamento sin contacto con el mundo exterior, el sentimiento de estar en equilibrio con el universo, invitaban a ello. Ahora tengo un montón de hojas escritas, arrugadas por los viajes y la humedad, por la arena y las horas nocturnas en las playas, y un nudo en la boca del estómago cuando pienso en releer los sentimientos que me embargaron entonces y pasarlos a mi correcto ordenador, desde el aséptico sofá de mi limpísimo piso, en mi civilizada ciudad. Es un insulto a su memoria.

Cabo Verde ha sido sin duda una inflexión inesperada, un giro en mi forma de percibir el mundo que, sin prisas, me va calando hasta los huesos, progresivamente, con efecto retardado, y puedo observar en mis actos hasta qué punto va a marcar mi actitud ante la vida en adelante. Seamos sinceros: no es que no buscara el cambio, no es que no lo necesitara. Es sólo que no se ha producido de la manera en que esperaba.

He dejado allí un pedazo de mi corazón, como casi siempre me pasa. Y como casi siempre, esto ha sido consecuencia, principalmente, de la gente extraordinaria con la que he tenido el privilegio de compartir mi vida. Gente que está en mi corazón; en ese pedazo que se quedó en Cabo Verde, y en el resto agujereado, maltrecho y partido que todavía llevo en el pecho. Gente que me ha aceptado y me quiere tal como soy, sin preguntarme ni preocuparse por mi pasado ni mi futuro. Gente que me ha visto como nadie nunca: pies descalzos roñosos, vaqueros rotos sucios, camisetas viejas, mugrientas y sudadas, cara de sueño y pelo permanentemente enredado. Gente con la que poder dormir amontonada en un sofá sin temor a que malinterpreten el gesto, la cercanía, las caricias. Personas a las que recuerdo riendo, llorando, borrachas, heridas, amando, haciendo locuras y dándome lo mejor de sí mismas sin ni siquiera pasarse a pensarlo, sin dudarlo. Seres humanos luminosos, espontáneos, de una belleza insólita y natural.



Alemanes, portugueses, ingleses, holandeses, estadounidenses, caboverdianos... Juntad un grupo variopinto de 16 personas de diferentes nacionalidades, edades y pasados, que no se conocen de nada, y hacedlos convivir en un apartamento que a menudo se queda sin agua corriente en una ciudad que de vez en cuando se queda sin luz y sin agua. Obligadlos a comer y cenar juntos, con el presupuesto tan ajustado que no se llegue a fin de mes y sin cubiertos ni sillas suficientes ¡Medio culo por silla! ¡Un tarro de Nutella como vaso por cada tres personas! Ponedlos a trabajar en patrullas nocturnas agotadoras sin hora de fin más que cuando se acabe lo que hay que hacer. Que caminen durante kilómetros sobre arena blanda, a oscuras, en el bochorno tropical, cargados con cubos, kits y tiendas de campaña. Llevadlos al agotamiento extremo por calor, falta de sueño REAL (no lo que tenemos a bien considerar falta de sueño en el mundo civilizado) durante semanas, y por comer mal. Y por último, una semana de cada mes, hacédsela pasar en un campamento de una playa remota, en la que solo hay una tienda de campaña, cuatro compañeros que no siempre hablan un idioma común para entenderse, una baraja de cartas y un camping gas. Sin duchas, sin baño, sin agua corriente, sin luz, sin cobertura, sin internet. Sin mundo más allá de esa playa, de ese momento.

Podría haber sido una bomba de relojería. Pero no.

Sé que con nada de lo que diga voy a poder explicar qué se siente al pasar la noche patrullando una playa desierta, buscando cazadores furtivos y tortugas marinas, con la sola luz de las estrellas y en compañía de un completo desconocido en quien sin embargo confías de manera natural. Compartiendo la comida que lleve uno, el agua que lleve otro, el peso de los bártulos, las siestas en la arena y el "retrete" en las dunas. No hay palabras que puedan describir el agobio inmenso de cargar con pesados cubos llenos de huevos de tortuga que apenas es posible acarrear entre dos, durante kilómetros, sobre arena blanda, teniendo que parar cada pocos minutos, hasta el punto de que te duelan las manos, los hombros y seas perfectamente capaz de olerte la camiseta empapada de sudor pegada al cuerpo, con la aplastante certeza de que acabas de empezar la patrulla y todavía quedan horas por delante. Ni la emoción de descubrir un rastro de tortuga y arrastrarse por él como un gusano esperando verla. Ni la magia de pasar los dedos por su caparazón y que la bioluminescencia lo haga resplandecer en la oscuridad. Ni el terrible agobio de quedarse sin agua a mitad (¡o a principio!) de patrulla. Ni la felicidad de encontrar por casualidad una galleta llena de arena en el fondo de la mochila, cuando te rugen las tripas y te quedan por delante horas de caminar. Ni el alivio que supone tirarte en la arena a dormir media hora cuando ya no puedes más, cuando el cansancio te supera, arrebujada en una sudadera, con las olas como música y las estrellas como techo. Ni el subidón furioso de adrenalina al recibir una llamada en mitad de la noche y conducir un quad a ciegas por las dunas, en oscuridad cerrada, persiguiendo cazadores furtivos, con más valor que medios, el viento en la cara y una linterna atada a cada muñeca para poder ver el peligro que pueda surgir por los lados.

Pero quizas lo que más ha significado para mí sea que si no fuera por ellos, por mis amigos, en más de una ocasión me habría sentado en la arena y ya no me habría levantado. Me habría echado a llorar. De desesperación, de puro agotamiento, y de ser consciente de lo que eso era lo que me esperaba esa noche y todas las siguientes noches de todas las siguientes semanas. Me habría rendido. Pero ellos estaban conmigo, y juntos podíamos hacer cualquier cosa. Eramos capaces de cambiar el mundo.

Y eso hicimos. 

El mío, al menos.