martes, 18 de diciembre de 2012

Y ahora, ¿de dónde soy?

Soy consciente de que nací en España. Concretamente en Zárágozá, como decimos aquí. Cuando tenía catorce años, decía "co". Pese a que soy urbana y más bien de la zona centro, el escenario de mis años de post-adolescencia, inicio del desarrollo cognitivo y compresión del mundo, transcurrió en gran parte (y por elección) en los barrios rurales y suburbanos de mi ciudad. Por aquel entonces este era el mejor lugar del mundo. Poco ha llovido desde entonces, porque aquí en Zaragoza no llueve ni para atrás, pero mucho ha debido llover en mí. Ya no me siento "en casa" cuando piso sus calles, incluso tras meses fuera. No sé porqué. Será el cierzo, que me vuelve loca de atar.

Pero sé que soy escocesa. Ni por nacimiento, ni por derecho, ni por convicción. Ni siquiera por simpatía (aunque también). Son las tripas. Diría que, si existieran las reencarnaciones, mi anterior yo era de allí fijo. Un scottish norteño de pura cepa, de corazón grande, indomable y lluvioso como las Highlands, que ahora se revuelve en mi interior tras haber recordado quién era.


Tengo claro que mi lugar favorito en el mundo es Porto. Después de visitarme en Edimburgo, mucha gente me ha puesto cara rara por esta afirmación, porque se supone que Edimburgo es más bonita. Digo yo que por eso existen los gustos. No pretendo ser objetiva. Esto no va de ser objetivo, ¿no?. ¿O sí?. Yo creo que esto de los gustos va más de sentimientos. Y hablando de sentimientos, yo lo siento, pero no hay nada, nada, que pueda compararse a la decadencia, el encanto y la vida de Porto. La amas o la odias. Yo la amo. No hablemos ya de la comida. No puedo considerarme lusa ya que desconozco el resto de Portugal (si bien esto es algo que pienso solucionar a corto plazo), pero digamos que sí que soy tripeira.

Para rematar, si pudiera elegir, si nada me detuviera, mañana me iría a vivir a Cádiz. Con lo puesto.

Y entonces, ¿de dónde soy?

Ciudadana del mundo suena muy bonito... pero es otra manera de decir "paria". No soy de donde vengo. Tampoco de adonde voy. No soy de donde estoy. Supongo que pedazos de mi alma se quedaron atrapados en cada uno de estos lugares, y como obviamente es imposible juntarlos todos en el mismo punto, siempre me faltará un pedazo del otro sitio. 

¡Pero qué cabeza! ¡Sí que hay un lugar donde está todo reunido! Curioso, el corazón. Lleno de sangre, todo músculo, tan pequeño como un puño... y capaz de abarcar tantas ciudades, tantos países y tantas personas a la vez.

Pues se acabó la reflexión, ya sé de dónde soy. Ya puedo dormir tranquila.


Buenas noches.

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